Cuando llega Navidad la gente piensa en festejos en reunir a la familia en comprar muchos regalos preparar sus buenas mesas lucir los mejores trajes y comer buenos banquetes. Un ajetreo vacío, que cansa a las personas dejando las almas hambrientas por haber dejado fuera a quien es su fundamento. Y quedamos cuatro locos acostumbrados a darle vueltas a todo lo que acontece. Porque nosotros los poetas siempre vamos más allá y en tiempo de Navidad no dejamos la costumbre. Traemos a nuestra mente de donde nació todo estro pensando en el gran enigma que aconteció en otro tiempo en un Dios que nos amaba y que, ¡oh gran prodigio! Se vistió de nuestra carne naciendo como otro niño en la tierra de Judea. Y mientras otros van corriendo como animalillos en su rueda los poetas meditamos en este enorme misterio.
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Auxiliadora Pacheco M 