Trabajadoras incansables sus manos no descansan para cuidar de los suyos. Son las mujeres, que diligentes preparan las mejores delicias platos sanos y nutritivos que a un muerto levantaran y mantienen los vivos. Para comer algo bueno no vayáis a restaurantes con muchas estrellas, iros a la mesa de las mujeres del pueblo y saldréis satisfechos. ¡Qué vivan ellas y sus santas manos!

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