Posaron blancas palomas sobre la tierra de Cádiz, ilustre entre las provincias de nuestro solar hispano. Su belleza ganó fama y yo anhelé conocer si el renombre es merecido o fue algo exagerado. Allá fui yo de ruta para ir a contemplar y poder así juzgar si era hermosura real la que se proclamaba. Cuando posaron mis ojos hallé la belleza real, cada lugar con su encanto pero todos deslumbrantes de cal, Sol y cielo, esencia de Andalucía que se mueve por sus calles, Setenil de las Bodegas tallado en la roca viva mitad cal y mitad piedra de una rústica belleza que asombra a los visitantes. Hermosa tierra gaditana que para siempre conserves tus bellas palomas blancas.

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