Amo sembrar vida en la acogedora tierra matriz siempre lista para engendrar. No la llaméis inerte, porque como mujer responde a los cuidados, si se abandona o maltratada se vuelve fría y yerta, si la cuidas y mimas crea vergel fecundo en su seno acogedor. Veo discurrir sus tiempos en la tierra roja de la huerta. Casi se vuelve piedra con la sequedad, pero al llegar las lluvias se forma un verde tapiz de plantas silvestres y reviven las cultivadas. Porque dentro de ella está el sostén de la vida todo el ímpetu vital capaz de procrear.

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