Cuando los seres humanos creían que en la naturaleza no se causaban problemas por hacer todo a su antojo quedaron pelados los montes que rodean mi ciudad después de talar los bosques por cultivos imprudentes que arrancaron la verde capa que daba protección y abrigo a las humanas moradas. Y vinieron lluvias fuertes una vez detrás de otra por el clima caprichoso que existe por estas tierras. Al no encontrar ningún freno las aguas corrían fieras, se taponaban los cauces inundando las barriadas y hasta cobrándose vidas. Después de tanto desastre ya no quedó otro remedio que rendirse a la evidencia. No basta sólo hacer presas para amansar la fiereza de los ríos desatados sin la protección del bosque. Y sucesivas repoblaciones crearon el Parque de los montes que es mucho más que el recreo de todos los malagueños, es su muro protector cuando el agua se desboca el refugio natural de innumerables especies. Así quedaron unidos Málaga y su bello bosque una no puede ser sin la compañía del otro unidos quedan para siempre en alianza sempiterna.
Poesía e imagen de Auxiliadora Pacheco M. Todos los derechos reservados. Fotografía del Parque Natural de los Montes de Málaga.

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